Tanta alharaca con el equipo de baloncesto de los Estados Unidos; tanta lucha por conseguir el oro y tanto concepto de redención, para que venga uno de sus jugadores y deje ir su medalla de la manera más extraña y hasta inocente posible. Resulta que Jason Kidd prometió a Elaine Wynn, esposa de uno de los mega millonarios más famosos y dueño de uno de los hoteles-casinos más espectaculares de Las Vegas, regalarle la presea dorada de ganar en Pekín. Lo curioso es que Kidd y Wynn se conocieron hace apenas un año y esta señora no es una tía suya, o una hermana, o nadie con quien se conoce desde hace décadas.Pero bueno, cada quien hace con sus medallas lo que quiere ¿no?:
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