BOGOTA, (AFP) - A seis meses de su muerte por un infarto, la sombra del jefe guerrillero Manuel Marulanda ("Tirofijo") amenaza con crear una nueva turbulencia entre Venezuela y Colombia, después que Bogotá expresó su malestar por un homenaje en Caracas al fundador de las FARC.
Una organización llamada Coordinadora Continental Bolivariana, que reúne a movimientos de izquierda de diferentes países, anunció el tributo que incluye la presentación de un libro biográfico y la colocación este viernes de un busto de Marulanda en Caracas.
La cancillería colombiana transmitió su malestar y pidió al gobierno del presidente Hugo Chávez que fije una posición pública sobre ese anuncio.
"Era de esperarse una reacción de este tipo, pues para Colombia es un tema sensible. Es un homenaje a alguien que es percibido como un enemigo, no sólo de un gobierno en particular, sino del sistema", comentó Alberto Ramos, politólogo del Instituto de Ciencias Políticas de la privada universidad Libre.
El analista dijo a la AFP que no debe descartarse que el "ruido generado por este homenaje" pueda interferir en el relanzamiento de las relaciones de los dos países, que los presidentes Alvaro Uribe y Hugo Chávez habían anunciado a mediados de julio, tras varios meses de choques y críticas cruzadas.
Chávez retiró a su embajador en Colombia tras la incursión el 1 de marzo de tropas colombianas a Ecuador, que provocó la muerte de Raúl Reyes, número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que había establecido su campamento en una zona fronteriza.
Desde la clandestinidad Alfonso Cano, quien sucedió a Marulanda al frente de la principal guerrilla colombiana, agradeció el homenaje y dijo que éste es más significativo por que se hace en "la cuna del Libertador Simón Bolívar".
En un mensaje divulgado en internet por la agencia Anncol, que habitualmente difunde información de esa guerrilla, Cano - de formación antropólogo y cuyo verdadero nombre es Guillermo León Sáenz - aseguró además que las FARC están muy lejos de la derrota, que habían pronosticado jefes militares tras la muerte de su fundador.
"Nuestra consigna es 'la tarea de Bolívar y Marulanda está por hacer y la debemos cumplir. Hemos jurado vencer y venceremos", señaló.
Marulanda, alias "Tirofijo" y cuyo verdadero nombre era Pedro Marín, falleció de un infarto el 26 de marzo en algún lugar de las montañas de Colombia, próximo a cumplir 78 años y tras 44 años de lucha armada, según un parte dado por sus hombres.
El partido Conservador, que forma parte de la coalición de gobierno, rechaza que se haga cualquier tipo de reconocimiento a "Tirofijo", dijo a la AFP, Efraín Cepeda, presidente del directorio de esa colectividad.
"Nuestro partido rechaza frontalmente un homenaje a un hombre sanguinario, a una persona que es responsable de miles de muertes de colombianos", manifestó Cepeda.
Señaló que en este caso un reclamo no puede interpretarse como un acto para torpedear las relaciones entre los dos países, que tienen uno de los intercambios comerciales más fuertes en la región con negocios que en 2007 llegaron a 7.000 millones de dólares.
"Al contrario, países hermanos tenemos que estar unidos contra quienes quieren imponer el terror. Nadie entendería, por ejemplo, que aquí se hiciera un homenaje a alguien que hubiera secuestrado venezolanos o colocado bombas en Caracas", apuntó.
Una organización llamada Coordinadora Continental Bolivariana, que reúne a movimientos de izquierda de diferentes países, anunció el tributo que incluye la presentación de un libro biográfico y la colocación este viernes de un busto de Marulanda en Caracas.
La cancillería colombiana transmitió su malestar y pidió al gobierno del presidente Hugo Chávez que fije una posición pública sobre ese anuncio.
"Era de esperarse una reacción de este tipo, pues para Colombia es un tema sensible. Es un homenaje a alguien que es percibido como un enemigo, no sólo de un gobierno en particular, sino del sistema", comentó Alberto Ramos, politólogo del Instituto de Ciencias Políticas de la privada universidad Libre.
El analista dijo a la AFP que no debe descartarse que el "ruido generado por este homenaje" pueda interferir en el relanzamiento de las relaciones de los dos países, que los presidentes Alvaro Uribe y Hugo Chávez habían anunciado a mediados de julio, tras varios meses de choques y críticas cruzadas.
Chávez retiró a su embajador en Colombia tras la incursión el 1 de marzo de tropas colombianas a Ecuador, que provocó la muerte de Raúl Reyes, número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que había establecido su campamento en una zona fronteriza.
Desde la clandestinidad Alfonso Cano, quien sucedió a Marulanda al frente de la principal guerrilla colombiana, agradeció el homenaje y dijo que éste es más significativo por que se hace en "la cuna del Libertador Simón Bolívar".
En un mensaje divulgado en internet por la agencia Anncol, que habitualmente difunde información de esa guerrilla, Cano - de formación antropólogo y cuyo verdadero nombre es Guillermo León Sáenz - aseguró además que las FARC están muy lejos de la derrota, que habían pronosticado jefes militares tras la muerte de su fundador.
"Nuestra consigna es 'la tarea de Bolívar y Marulanda está por hacer y la debemos cumplir. Hemos jurado vencer y venceremos", señaló.
Marulanda, alias "Tirofijo" y cuyo verdadero nombre era Pedro Marín, falleció de un infarto el 26 de marzo en algún lugar de las montañas de Colombia, próximo a cumplir 78 años y tras 44 años de lucha armada, según un parte dado por sus hombres.
El partido Conservador, que forma parte de la coalición de gobierno, rechaza que se haga cualquier tipo de reconocimiento a "Tirofijo", dijo a la AFP, Efraín Cepeda, presidente del directorio de esa colectividad.
"Nuestro partido rechaza frontalmente un homenaje a un hombre sanguinario, a una persona que es responsable de miles de muertes de colombianos", manifestó Cepeda.
Señaló que en este caso un reclamo no puede interpretarse como un acto para torpedear las relaciones entre los dos países, que tienen uno de los intercambios comerciales más fuertes en la región con negocios que en 2007 llegaron a 7.000 millones de dólares.
"Al contrario, países hermanos tenemos que estar unidos contra quienes quieren imponer el terror. Nadie entendería, por ejemplo, que aquí se hiciera un homenaje a alguien que hubiera secuestrado venezolanos o colocado bombas en Caracas", apuntó.
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