JOSE ACOSTA/EDLPNUEVA YORK — “Muchachos, zapato”.
Con estas dos palabras, el niño ecuatoriano Jonathan Taday, de 2 años y seis meses de edad, es como puede describir a las personas que le propinaron una salvaje golpiza la tarde del sábado pasado, en Newark, Nueva Jersey, que le dejó severas laceraciones en un lado de la cara, por las cuales tuvo que ser internado de emergencia en el hospital University de dicha ciudad.
De acuerdo con Rocío Sancho, de 38 años, madre del menor, Jonathan, como era su costumbre, se fue con su tío, José Sancho, de 35, a la lavandería de la 62 y Broadway, cerca de su vivienda, a lavar la ropa, a eso de las 12:40 de la tarde.
“Como a las 2:30 pm, me llamó mi hermano y me dijo que el niño había desaparecido, que él lo había buscado dentro de la lavandería y en los alrededores. Desesperada, yo salí a buscar al niño por las tiendas cercanas, y no encontré”, dijo Sancho.
Cuando la madre llegó a la lavandería, ya José Sancho estaba hablando con la policía, y uno de los agentes que era hispano y hablaba español, le dijo que tenían que ir al hospital porque habían recibido la noticia de que dos niños iban camino a la sala de emergencia, uno de 3 y otro de 2 años.
“En emergencia no había nadie con las característica de mi hijo, pero cinco minutos después vino una ambulancia con mi niño. Cuando lo vi con tantos golpes, no supe qué hacer, me eché a llorar. No concebía que alguien le pudiera hacer daño a un niño tan pequeño”, dijo Rocío Sancho.
Con estas dos palabras, el niño ecuatoriano Jonathan Taday, de 2 años y seis meses de edad, es como puede describir a las personas que le propinaron una salvaje golpiza la tarde del sábado pasado, en Newark, Nueva Jersey, que le dejó severas laceraciones en un lado de la cara, por las cuales tuvo que ser internado de emergencia en el hospital University de dicha ciudad.
De acuerdo con Rocío Sancho, de 38 años, madre del menor, Jonathan, como era su costumbre, se fue con su tío, José Sancho, de 35, a la lavandería de la 62 y Broadway, cerca de su vivienda, a lavar la ropa, a eso de las 12:40 de la tarde.
“Como a las 2:30 pm, me llamó mi hermano y me dijo que el niño había desaparecido, que él lo había buscado dentro de la lavandería y en los alrededores. Desesperada, yo salí a buscar al niño por las tiendas cercanas, y no encontré”, dijo Sancho.
Cuando la madre llegó a la lavandería, ya José Sancho estaba hablando con la policía, y uno de los agentes que era hispano y hablaba español, le dijo que tenían que ir al hospital porque habían recibido la noticia de que dos niños iban camino a la sala de emergencia, uno de 3 y otro de 2 años.
“En emergencia no había nadie con las característica de mi hijo, pero cinco minutos después vino una ambulancia con mi niño. Cuando lo vi con tantos golpes, no supe qué hacer, me eché a llorar. No concebía que alguien le pudiera hacer daño a un niño tan pequeño”, dijo Rocío Sancho.
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