NUEVA YORK._ Tras concluir el juicio que se le siguió en El Bronx al policía dominicano Rafael Lora, acusado de asesinar un inmigrante ecuatoriano, la Corte Suprema decidió posponer el veredicto para el próximo 3 de abril. Lora disparó contra Fermín Arzú de 41 años de edad el 18 de mayo del 2007 cuando, según el oficial, actuó en “defensa propia”.
La jueza Margaret Clancy que guió el juicio tomó la decisión, sin explicar los motivos de la misma, pero el tabloide Daily News dice en su edición de hoy que es probable que el policía no sea enviado a la cárcel y sea condenado a 11 años de probatoria.
Stuart London, abogado defensor del oficial dominicano dijo en sus argumentos de cierre que éste disparó en “defensa propia” después que se acercó a la víctima pidiéndole los documentos, pero el civil cerró la puerta de la mini van que conducía y arrancó a gran velocidad, arrastrando al policía.
Los fiscales consideraron “risible” la historia de Lora y dijeron que el policía asesinó a sangre fría al hondureño. El abogado insiste en que el agente no tenía ninguna intención de hacerle daño al hondureño. Lora disparó cinco veces en un tiempo de 1.2 segundos y una de las balas alcanzó mortalmente a Arzú, quien gravemente herido, perdió el control del guía y se estrelló contra la pared de un edificio.
“Lora tuvo que actuar en cuestión de segundos para poder escapar de la trampa”, agregó el abogado del policía. Lo fiscales sostienen que en los interrogatorios hechos por los detectives a Lora, éste nunca mencionó que disparó porque sentía que su vida estaba en peligro. “Siempre dijo que fue golpeado por el vehículo y que por eso disparó”, añadieron los fiscales.
Dijeron que las razones que tuvo Lora, quien estaba fuera de servicio ese día, fue el de que no tenía respaldo de otros compañeros, no llevaba chaleco anti balas y tampoco su radio.
Lora trabaja en el Departamento de Tránsito de la policía de Nueva York. “El oficial usó indebidamente su arma para asesinar una persona inocente”, agregaron los acusadores.
Indicaron que el único crimen de Arzú fue el de haber bebido esa noche y tener un accidente.
“Debió estar vivo para que enfrentara los cargos por ese delito, pero la pena de muerte a la que lo condenó el policía Lora”, expresaron los fiscales. El oficial enfrenta tres cargos de homicidio no intencional en primer y segundo grado y homicidio criminal negligente. La pena mandataria en estos casos, si es hallado culpable, es de 25 años de cárcel.
Juana Arzú, una hermana de la víctima dijo esperar que la corte haga justicia.
La jueza Margaret Clancy que guió el juicio tomó la decisión, sin explicar los motivos de la misma, pero el tabloide Daily News dice en su edición de hoy que es probable que el policía no sea enviado a la cárcel y sea condenado a 11 años de probatoria.
Stuart London, abogado defensor del oficial dominicano dijo en sus argumentos de cierre que éste disparó en “defensa propia” después que se acercó a la víctima pidiéndole los documentos, pero el civil cerró la puerta de la mini van que conducía y arrancó a gran velocidad, arrastrando al policía.
Los fiscales consideraron “risible” la historia de Lora y dijeron que el policía asesinó a sangre fría al hondureño. El abogado insiste en que el agente no tenía ninguna intención de hacerle daño al hondureño. Lora disparó cinco veces en un tiempo de 1.2 segundos y una de las balas alcanzó mortalmente a Arzú, quien gravemente herido, perdió el control del guía y se estrelló contra la pared de un edificio.
“Lora tuvo que actuar en cuestión de segundos para poder escapar de la trampa”, agregó el abogado del policía. Lo fiscales sostienen que en los interrogatorios hechos por los detectives a Lora, éste nunca mencionó que disparó porque sentía que su vida estaba en peligro. “Siempre dijo que fue golpeado por el vehículo y que por eso disparó”, añadieron los fiscales.
Dijeron que las razones que tuvo Lora, quien estaba fuera de servicio ese día, fue el de que no tenía respaldo de otros compañeros, no llevaba chaleco anti balas y tampoco su radio.
Lora trabaja en el Departamento de Tránsito de la policía de Nueva York. “El oficial usó indebidamente su arma para asesinar una persona inocente”, agregaron los acusadores.
Indicaron que el único crimen de Arzú fue el de haber bebido esa noche y tener un accidente.
“Debió estar vivo para que enfrentara los cargos por ese delito, pero la pena de muerte a la que lo condenó el policía Lora”, expresaron los fiscales. El oficial enfrenta tres cargos de homicidio no intencional en primer y segundo grado y homicidio criminal negligente. La pena mandataria en estos casos, si es hallado culpable, es de 25 años de cárcel.
Juana Arzú, una hermana de la víctima dijo esperar que la corte haga justicia.
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