NUEVA YORK._ Un juez de Long Island sentenció a cadena perpetua al bombero voluntario Caleb Lacey, quien el año pasado pegó fuego intencionalmente a un pequeño edificio en cuyo siniestro perecieron una madre hispana y sus tres hijos. El condenado provocó el fuego porque estaba obsesionado con convertirse en "héroe" del Departamento de Bomberos al que ayudaba mientras estudiaba, pero al parecer, se le fue la mano al prender fuego a la estructura, para luego regresar junto a sus colegas y "salvar" vidas. Las víctimas del incendio provocado por el bombero fueron Morena Venegas y sus hijos Saúl, Susana y Andrea. Fotografías a gran tamaño de los muertos fueron mostradas en la corte durante la imposición de la sentencia por el padre y otros parientes de los fallecidos. El bombero fue acusado de homicidio voluntario en segundo grado y de incendio intencional. El convicto pidió perdón a los deudos de sus víctimas y dijo que reza por ellos, pero insistió en que no es el culpable del siniestro provocado. Su padre, quien es un reconocido reverendo de Long Island, defendió la inocencia del hijo, diciendo que sólo Dios sabe la verdad de lo ocurrido. El día que fue hallado culpable el bombero protagonizó un incidente en la corte, pero el viernes, cuando fue sentenciado, parecía otro hombre: el silencio y la devastación se reflejaban en su rostro.
De Miguel Cruz Tejada
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