Gardenia Mendoza Aguilar/Corresponsal La OpiniónMÉXICO, D.F. — Eran 17 mujeres que regresaban cada noche más tristes, más heridas, más golpeadas. Yo no voy a olvidar lo que vi. Tengo miedo de que ahora que vienen los de migración por mí, me vean los otros policías que estaban del lado de los delincuentes.
Este testimonio anónimo recopilado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos abrió ayer el Informe Especial sobre Secuestro en Prejuicio de Migrantes en México que de abril a septiembre de 2010 contabilizó 11,333 víctimas en 214 casos de raptos masivos a quienes les llegaron a exigir entre 1,000 y 5,000 dólares y hasta 10,000.
"El número de víctimas podría incluso resultar superior, pues la naturaleza del delito y la situación de vulnerabilidad impiden conocer la totalidad de los eventos de secuestro", precisó Raúl Plascencia, presidente de la CNDH que por segunda vez examina las cifras.
En 2009 contabilizó 9758 secuestros de indocumentados, lo cual representa un incremento del 16% en el siguiente año.
Identificó, además la participación de migrantes reclutados por miembros del crimen organizado que son camuflados entre otros indocumentados para averiguar la nacionalidad de éstos o si tienen familias en Estados Unidos o Canadá.
En agosto pasado, 72 migrantes centro y sudamericanos fueron asesinados en la fronteriza región de San Fernando, Tamaulipas (norte). La versión oficial sostuvo que el móvil se debió a que los "sin papeles" se negaron a ser reclutados.
El estado de Tamaulipas, junto con Veracruz, Tabasco, San Luis Potosí y Chiapas son las regiones donde se presentó el mayor número de secuestros. Las regiones corresponden en un 67.4% al sureste, 29.2% al norte y 2.2% al centro del país
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